Quien busque antigüedades y muebles antiguos, o discos y libros, no podrá evitar pasarse por el mercado de antigüedades de la Ostbahnhof. La atmósfera de este mercadillo es muy agradable y bastante relajada. Uno tiene la sensación de que muchos visitantes vienen sobre todo a hablar de asuntos profesionales o, simplemente, para dejarse sorprender; y, además, por aquí también se dejan caer muchos vendedores profesionales. Dado que es difícil garantizar la autenticidad de una pieza en un mercadillo, es de gran utilidad tener buen ojo.
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