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El Palacio Sanssouci en Potsdam, cerca de Berlín, a la luz del sol
Palacio Sanssouci © iStock.com, Foto: Lambert (Bart) Parren

Palacio Sanssouci (Schloss Sanssouci)

Retiro de verano de reyes

Un palacio de retiro en verano, un lugar sin preocupaciones: eso era lo que quería construir Federico II con el Palacio Sanssouci. Y eso es lo que sigue cautivando hoy en día del palacio y su enorme parque.

«Una corona no es más que un sombrero en el que entra el agua cuando llueve». Las palabras de Federico el Grande son un reflejo de su humildad. Sin mayor suntuosidad y con mucha disciplina, el rey marcó el destino de Prusia a lo largo del siglo XVIII. Sus deseos eran los de un hombre sencillo: no tener preocupaciones (sans souci).

El lugar preferido por Federico el Grande

En 1745 y 1747 mandó construir el Palacio Sanssouci en los viñedos de Potsdam.
Fue su residencia de verano y lugar preferido, un refugio en el que se retiraba solo con sus perros en tiempos difíciles. Solo permitía que se realizaran pequeñas reparaciones con cierta reticencia porque el palacio era SU palacio y él decía que «solo debe durar lo que dure mi vida».

Afortunadamente, este deseo no se cumplió. Sanssouci sigue reluciendo actualmente en todo su esplendor. Las estancias conservan todos sus elegantes y sofisticados elementos originales. Además, el extenso parque, con el resto de los edificios del palacio, como el Nuevo Palacio, las Nuevas Cámaras, la Casa del Té China, la Orangerie o el Palacio Charlottenhof, está más hermoso e imponente que nunca.

El deseo de Federico II de ser enterrado en Sanssouci junto a sus queridos perros no se cumplió hasta más tarde. Sus restos mortales no se trasladaron hasta 1991. El «filósofo de Sanssouci» descansa ahora en la terraza que colinda con el viñedo.

La historia de Sanssouci

En 1745 Federico II mandó a su arquitecto Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff construir un pequeño palacio de verano en solo dos años. El viñedo en terrazas, con sus caminos y nichos acristalados, es de la misma época. A la derecha e izquierda del palacio hay otros dos edificios: las Nuevas Cámaras, donde se alojaban los invitados, y la Galería de arte, con pinturas de Rubens, Caravaggio y Tintoretto.

Posteriormente, Federico Guillermo IV mandó ampliar las dos alas laterales. Y en 1873 abrió el palacio como museo, que se convirtió así en uno de los primeros palacios-museo de Alemania. El palacio sobrevivió a la guerra sin sufrir daños, pero ninguno de los muebles y obras de arte que se pusieron a salvo volvieron.

El palacio poseía una majestuosidad elegante y nada excesiva a pesar de haber sido concebido como lugar de refugio y retiro de verano. A diferencia del Nuevo Palacio, un típico ejemplo del Barroco y situado al final del parque, se construyó con un estilo rococó sencillo y austero que buscaba la intimidad. Muestra de ello es el hecho de que el palacio de verano solo tuviera doce estancias en una sola planta.

El recinto al completo, con sus palacios y el parque, es Patrimonio de la Humanidad por ser un «excelente ejemplo de creación arquitectónica y paisajística».

Todo es cuestión de perspectiva

Parque y Palacio Sanssouci
Parque y Palacio Sanssouci © SPSG, Foto: Hans Bach

No se pierda ni un detalle: si desde desde abajo en el jardín mira hacia el viñedo y el palacio, observará que la perspectiva no encaja y que el palacio no se ve nunca completo. Para Federico II era importante tener un acceso directo al exterior porque quería vivir tan cerca de la naturaleza como fuera posible. Por tanto, Knobelsdorff tuvo que aceptar que la perspectiva habitual del palacio desde abajo no iba a funcionar.

Parque Sanssouci

Más allá de las terrazas que conforman los viñedos hay un jardín barroco con una gran fuente en el centro. Lenné, el paisajista más afamado de Prusia, creó el extenso jardín inglés en el siglo XIX. El parque también está decorado con otras muchas joyas preciosas, como la Gruta de Neptuno de Knobelsdorff, el Templo de la Amistad y la Gran Fuente. La Casa del Té China es un alegre pabellón de estilo rococó con tres figuras doradas. El legendario Molino Histórico está situado detrás del palacio. La Torre Normanda ofrece unas espectaculares vistas de la colina Ruinenberg y los dos belvederes: el Belvedere de la colina Klausberg y el Belvedere de la colina Pfingstberg.

El último edificio que Guillermo IV, llamado el «Rey Romántico», mandó construir en el parque fue el Palacio de la Orangerie, de estilo italiano. En invierno, las plantas plantadas en macetas se trasladaban a los invernaderos. El gran salón estaba decorado con imitaciones de las obras de Rafael. Los baños romanos y la iglesia Friedenskirche también son de inspiración italiana. El palacio de Charlottenhof con sus jardineses fruto del trabajo conjunto de Karl Friedrich Schinkel y Peter Joseph Lenné, una fascinante fusión de arquitectura y paisajismo.

Desgraciadamente, el Palacio del invernadero de naranjos y el Palacio de Charlottenhof no son accesibles actualmente debido a obras de renovación.

Parque del Palacio de Sanssouci
Parque del Palacio de Sanssouci © SPSG, Foto: André Stiebitz

La noche en el palacio de Potsdam

Una vez cada verano, el parque se transforma en un gigantesco escenario. Esa noche en el parque se oyen conciertos de música clásica y melodías de jazz, y al final del espectáculo el espacio se ilumina con unos colosales fuegos artificiales.

Potsdam, Parque Sanssouci
Potsdam, Parque Sanssouci © SPSG, Foto: W. Pfauder

Entradas para el Palacio Sanssouci

Con el ticket sanssouci+, disponible en todas las Oficinas de información turística de Berlín, podrá visitar una amplia variedad de palacios prusianos, incluido el Palacio Sanssouci de Potsdam (Palacio de Sacrow y Pabellón de Caza Stern de Potsdam no incluidos; excepto exposiciones especiales; para el Belvedere de la colina Pfingstberg se aplica la entrada reducida).

Horarios

Horario de apertura (información adicional)

De noviembre a diciembre de 2023 De martes a domingo, de 9.00 a 16.30 horas.

De enero a marzo de 2024 De martes a domingo, de 10.00 a 16.30 horas.