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Il Wannsee a Berlino al tramonto
Vista sobre el Wannsee © visitBerlin, Foto: Dagmar Schwelle

Wannsee

Buena y mala fama

"En el bolso, el bañador; de la mano, tu hermanita: ¡nada como ir al Wannsee! Sí, en bicicleta tan rápidos como el viento por el Grunewald. / Y así pronto habremos llegado al Wannsee". Algo así vendría a decir la canción que cantaba 1951 Cornelia Froboess, que entonces tenía siete años, en un programa de televisión, y que hizo que el Wannsee se conociera en toda Alemania. Y con razón, porque aquí no solo se encuentra la conocida playa de baño, que es la mayor zona de baño en aguas continentales de Europa. En el Wannsee se encuentran atractivos turísticos y posibilidades de descanso. Por ejemplo, la Isla de los Pavos Reales, a la que se puede llegar en ferri y que desde 1924 es un espacio natural protegido. Allí se puede pasear disfrutando de la naturaleza, observando a los pavos reales y el castillo blanco que mandó construir Federico Guillermo II a finales del siglo XVIII. También la villa y el jardín del pintor Max Liebermann en la orilla occidental del lago merecen una visita. Y la Casa de la Conferencia de Wannsee, en la que los nacionalsocialistas decidieron en 1942 la deportación y asesinato de los judíos europeos. Hoy es un lugar conmemorativo y centro de enseñanza.